La
tercera temporada de Stranger Things empieza en el verano de 1985, cuando todo
parece estar tranquilo en Hawkins. El nuevo centro comercial, Starcourt Mall,
se convierte en el lugar favorito de todos, y los chicos comienzan a vivir
nuevas experiencias: Once y Mike están más unidos que nunca, Dustin regresa de
un campamento con una supuesta novia, y Steve trabaja en una heladería junto a
una chica llamada Robin.
Pero,
obviamente, la calma no dura mucho. Se descubre que unos científicos rusos
están intentando abrir de nuevo la puerta al mundo del revés debajo del centro
comercial. Al mismo tiempo, el desollamentes regresa y empieza a poseer a
Billy, convirtiéndolo en su marioneta para atrapar a más personas y crear un
ejército de monstruos.
Mientras
tanto, Hopper y Joyce investigan unas señales sospechosas relacionadas con los
rusos, lo que los lleva a descubrir una base secreta. Con la ayuda de Murray (Un
tipo raro pero muy listo que cree en teorías de conspiración del gobierno ruso)
y un ruso genio llamado Alexei, intentan detener el experimento antes de que
sea demasiado tarde.
El
grupo de Eleven y los demás se enfrenta a Billy y al desuellamentes en una
épica batalla dentro del centro comercial. Once pierde temporalmente sus
poderes, pero logra llegar al corazón de Billy, quien recupera el control y se
sacrifica para salvar a los demás. Mientras tanto, Hopper y Joyce logran cerrar
la máquina rusa, pero en el proceso, Hopper desaparece y todos creen que murió.
Al
final, con el aparente sacrificio de Hopper y la pérdida de sus poderes, Once se
va a vivir con Joyce, Jonathan y Will a otra ciudad, dejando atrás Hawkins. Sin
embargo, en la escena final, se revela que en una base rusa tienen a un
prisionero al que llaman "el estadounidense", junto a un Demogorgon, dejando
claro que la historia aún no ha terminado.
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